La salida de ese domingo prometía, me acompañaban dos cachondos amigos que, aunque no tenia muy claro que fuéramos a llegar a nuestro destino, si estaban aseguradas las risas. Borja y Mario no son lo que a priori se llama un buen deportista, pero tienen mucho amor propio, jejeje.
Dejamos el coche al final de la carretera que remonta el valle de Aísa, allí hay una valla que impide el paso.
La idea era subir al Aspe pero, nada mas empezar a la altura del refugio de Saleras, tomamos el desvío a la derecha demasiado pronto, y a lo que nos dimos cuenta estábamos a mitad de la garganta de Aísa, así que tiramos para arriba
La equivocación finalmente fue en nuestro beneficio, ya que la ruta fue preciosa, un tanto peligrosa pero preciosa.
Una vez en el paso de la Garganta de Aísa, subir al Aspe era imposible, en la foto se ve a unos escaladores empezando la vía. Así que rodeamos el Pico de la Garganta de Aísa por el norte, con cuidado de no resbalar en los empinados neveros.
Salimos justo en el collado debajo del Pico el Sombrero, así que Mario y yo aprovechamos para hacer la primera cumbre del día. Pico el Sombrero 2558 mts.
Bajando hacia el collado para afrontar la ultima trepada al Lecherin, observamos a Borja echando una pequeña siesta...
Afrontamos la subida por su cara norte, empezando a rodear el pico por una preciosa faja.
Como ya decía, amigos cachondos...
Mario afrontando las últimas trepadas facilonas a la cima.
Preciosas vistas al Midi d'Ossau desde la cima
Foto de cima, como no haciendo el payasete, no podía ser de otra forma.
Las dos montañas de piedras cimeras del Lecherines. Atrás se ve el Pico de la Garganta de Aísa, y al final el Aspe.
Cima de la Punta Lecherin 2556 mts.
Destrepamos con mucho cuidado para dirigirnos esta vez hacia el Mallo Lecherines y Punta Rigüello, que pasaremos por su vertiente derecha.
De bajada nos encontramos con una gran fiesta de sarrios, menuda rave tenían montada...
El valle de Aísa precioso
Fueron en total unos 1100 mts de desnivel, por una ruta muy muy recomendable. A la Bajada paramos en un restaurante de la zona a comer. No recuerdo el nombre, solo unas migas y unas chuletas de cordero de la zona que te chupabas los dedos...
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